(Fin de semana en Londres, Diciembre 2014)
Londres me dió la bienvenida, como siempre, enseñándome su mejor cara. Hace más de un año no visitaba esta ciudad que se ha convertido en mi favorita de Europa. Mientras en Barcelona llovía sin parar, yo aterricé en una ciudad sin nubes, envuelta en la luz magnífica del otoño. Hojas, de cientos de tonalidades, decoraban el suelo y los árboles. Esta ciudad es mágica.
Con Gabi y dos amigas más fuimos a Somerset House, porque una de ellas quería ver una expo temporal que había de Egon Schiele. ¡Genial! Yo amo a Schiele, no solo por su interpretación del cuerpo humano y su manera de pintar tan crudamente, sino también porque Schiele me recuerda a Viena, la ciudad de mi tía Lili; esa gran ciudad que cada vez que voy me cautiva por su manera de combinar edificios sombrios y majestuosos con arte pasional, liberal y simplemente magnífico.
Pero al llegar a Somerset, una vez más Londrés me sorprendió. Otra de las expos temporales que había era de Guy Bourdin. ¡¡No podía creerlo!! Además, no era una expo pequeña, sino la más grande expuesta jamás en Londres (con más de 100 obras en tamaño grande) de mi fotógrafo favorito de moda. Guy Bourdin, que cuando lo descubrí (¡qué casualidad, en Viena!), me transportó a un mundo perfecto: color, moda, surrealismo, puestas en escena deslumbrantes. Todo fundido en una imagen.
Guy Bourdin fue fotógrafo para la revista Paris Vogue y la marca de zapatos Charles Jourdan. A pesar de que la mayoría de sus fotos son fotos de editorial (y además fotos de zapatos y piernas), su manera de crear las fotografías siempre me ha apasionado. Es sin duda el fotógrafo comercial y de moda que más disfruto, por su manera erótica, oscura y misteriosa de crear imagenes bellas.
Ya tengo ganas de mi próximo viaje a Londres, esa ciudad que nunca me aburre, que siempre tiene algo nuevo que ofrecer, y que me permite soñar.