13/12/2015
En 13 días acaba el año. Inevitablemente, cuando un año está a punto de acabar, todos recapitulamos en lo que hemos vivido y hacemos planes para lo que vendrá. Para muchas personas, el 2015 ha sido un buen año. Para muchas otras, no ha sido así.
Hoy he ido a caminar por la montaña. Durante esas 2 horas y media sola, subiendo y bajando, he podido tener mi propio momento de auto-análisis, de introspección y de conversaciones conmigo misma sobre mil temas diversos.
Una de las cosas que vino a mi cabeza fue que durante los próximos días (hoy en Costa Rica y el 22 de diciembre en España) se juega la Lotería de Navidad. Aunque es un juego de suerte, mis pensamientos están con los posibles ganadores, deseando de todo corazón que sean personas que lo necesiten y se lo merezcan de verdad, y que el dinero les pueda ayudar para cumplir muchos sueños.
Caminando, también pensé en política. El 20 de diciembre hay elecciones presidenciales en España. Me pregunto si habrá cambios, si todo seguirá igual. Si podremos soñar con un mejor mañana, o si seguiremos sumidos en el estado de tristeza y conformismo al que nos ha llevado el gobierno español.
Y entonces, pensando ya a nivel personal, pensé en mi 2015. Un año de cambios: cambio de trabajo, cambio de piso… El cambio de trabajo me ha dado más tiempo y he podido dedicárselo a cosas que me encantan: como la fotografía y el padel.
Mis pensamientos me llevaron al pasado, hace muchos años, cuando la mamá de mi amiga Ela nos dijo que en la noche de fin de año, teníamos que escribir todas nuestras metas en un papel, y guardarlo en nuestra billetera todo el año. Ela y yo hemos llevado la tradición al pie de la letra, y cada año hemos ido comentado sobre la consecución de esas metas. Hace 2 años, se unió Lorna a nuestra tradición, y nos contó que a ella le habían dicho que era mejor mandar nuestras metas al cielo, y no guardarlas en la billetera. Así que todas pusimos nuestros papelitos en un globo de papel (Ela y yo hicimos una copia y lo guardamos en la billetera, por si acaso) y mandamos nuestros sueños al cielo. El globo desvió su trayectoria, chocó con una pequeña montaña y se empezó a incendiar. Apagamos el pequeño fuego tirando vasos de agua desde donde estábamos y seguimos disfrutando de la noche. Meses después Lorna comentó que tenía la sensación que sus metas se habían incendiado junto con el globo. Ela y yo estuvimos de acuerdo en que muchas veces sentimos lo mismo.
En nuestras conversaciones anuales sobre nuestras metas, y la consecución o NO consecución de ellas, Ela y yo siempre teníamos la misma conclusión: es mejor ponernos objetivos fáciles porque los difíciles no los estábamos cumpliendo. Todo esto podría hacer pensar que somos unas procastinadoras, dejando nuestras metas de lado… Pero creo que no se trata de eso, de hecho, ni Lorna ni Ela ni yo podríamos entrar dentro de la descripción de procastinadoras. De lo que se trata, en realidad, es de aprender que en la vida tenemos que darle más valor a las pequeñas cosas, porque en el fondo, son las pequeñas cosas las que hacen que la vida valga la pena.
Doy gracias a un magnífico 2015 y a las personas que forman parte de mi vida. Tengo ganas de que comience el 2016, sabiendo de antemano que va a ser un año especial (¡¡¡en mayo voy a ser tía por primera vez!!!). Pienso en consejos magníficos que he recibido a lo largo de mi vida, como uno de Milton Rosales: «la perseverancia es el lugar dónde se prueba la intensidad de mi deseo.» No importa si las metas son grandes o pequeñas, no importa si vivimos el día a día o si nos encanta ver hacia el futuro, creo que es importante siempre vivir la vida con perseverancia, trabajando duro por nuestros sueños, soñando despiertos de vez en cuando, pero sobre todo dando valor y gracias por nuestro día a día y por las pequeñas cosas que forman parte de nuestra rutina.
¡Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo a todos!
PD. Si la persona que lee este post se ganó la Lotería (en Costa Rica, España, o donde sea) espero que pueda usar el dinero para cumplir objetivos, metas y sueños.
No sé qué objetivos te marcaste para este 2016 pero seguro que en el camino encontraste un punto de inflexión del cual te toca disfrutar, vivir y aprender. Yo nunca apunté mis objetivos en un papelito e hice balance, sí que lo hacía pero sin papelito.
De todo lo que llevo vivido en este 2016 estoy feliz de haberme tropezado con alguien como tú en mi camino.
Un beso enorme!
Yo también estoy feliz de haberme tropezado contigo, Mar!!!!! Y tu mensaje… Pues, como siempre, momento lagrimita!